En tiempos de crisis económica, los clubes modestos se lo piensan dos veces para fichar jugadores y confeccionar sus plantillas. Con los técnicos pasa algo parecido. Los relevos en los banquillos han bajado considerablemente porque no hay dinero para echar a un técnico a las primeras de cambio y firmar otro entrenador, además cuando algo va bien mejor no tocarlo. En el grupo X de Tercera División la apuesta es continuista porque de los veinte clubes, trece mantienen al mismo entrenador de la pasada campaña.

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