Aisar y varios jugadores, durante la celebración institucional por el ascenso del Ceuta a Segunda
Aisar Ahmed, el único jugador ceutí en la plantilla del Ceuta, habla con la serenidad de quien ha sabido ganarse su sitio en silencio. A pesar de la lesión que lo apartó de los terrenos de juego durante las últimas jornadas del campeonato liguero, levantó la copa de campeón de Primera RFEF como símbolo del esfuerzo compartido. En esta entrevista, el futbolista repasa la histórica temporada del club, su ambición de cara a la Segunda División y lo que significa para él defender los colores de su tierra: "Sé lo complicado que es estar en el primer equipo; significa que he hecho las cosas bien".
Lo primero: ¿qué tal va tu recuperación?
Va bastante mejor de lo que me esperaba. Estoy preparándome para poder regresar lo antes posible, pero los médicos todavía no me han dado una fecha exacta. Salvo que ocurra algo raro, mi idea es volver a entrenar con el equipo la primera o la segunda semana de la pretemporada.
Vais a competir en Segunda División. ¿Cómo afrontáis ese reto tú y tus compañeros de vestuario?
Lo afrontamos tal y como hemos afrontado las últimas temporadas: con ganas, con ilusión y, sobre todo, con mucha humildad. Lo más importante es que mantengamos los pies en el suelo. Hablamos de fútbol profesional; se nos va a exigir estar a la altura de las circunstancias.
Os vais a enfrentar a equipos de la talla del Granada, el Sporting de Gijón y el Zaragoza. ¿No os da cierto ‘vértigo’?
Son rivales hacia los que debemos de tener respeto, pero no tenemos por qué temerles; vamos a jugarles sin ningún tipo de complejo. Creo que va a ser algo muy bonito de ver y que hay que disfrutarlo; va a merecer mucho la pena. Yo, en lo personal, me lo tomo como un desafío.
¿Os imaginabais a principios de año que la temporada fuese a acabar como ha acabado?
Siendo sincero, yo sabía que el Ceuta iba a competir. Antes de que empezara la liga, el míster me dijo que este año iba a ser el nuestro, que iba a ascender de categoría en mi propia casa. Le tomé la palabra, pero en ningún momento pensé que fuésemos a pegar el pelotazo. Aunque empecé a olerlo a mitad de temporada, no me lo terminé de creer hasta el final.
Maldini dijo a finales de 2024 que veía al Ceuta ascendiendo de categoría. ¿Había dentro del vestuario alguien tan convencido como él?
Todos estábamos convencidos de que haríamos un buen trabajo y de que cumpliríamos con lo que nos pidiese el míster. Éramos conscientes de que el año anterior jugamos muy bien, pero esta temporada no veíamos a ningún equipo superior al Ceuta. Lo hablábamos constantemente en el vestuario; sabíamos que podíamos conseguirlo.
¿Qué papel crees que han tenido los aficionados a lo largo de la campaña?
¿Qué te digo? Su apoyo ha sido importantísimo. Han estado siempre con nosotros; muchos partidos los han ganado ellos. A veces, cuando íbamos perdiendo, miraba a la grada, veía a la gente animar y recuperaba la fuerza. Espero que este año nos empujen aún más.
Lo de teñiros el pelo, ¿fue por algún tipo de apuesta o, simplemente, surgió?
Varios compañeros lo hablaron tres o cuatro semanas antes del ascenso. Yo no lo hice por ningún tipo de promesa, sino porque vi a unos cuantos con el tinte y me sentí ‘presionado’. Un día, fui con Carlos a la peluquería. A la mañana siguiente, Andy me insistió en que me tiñera. Pensé: “Venga, voy a hacerlo”.
¿Se ha hablado, aunque sea de manera jocosa, de la posibilidad de ascender a LaLiga EA Sports?
La única mención que se ha hecho a la Primera División ha sido al cantar la canción de “Una ilusión nos persigue: la Primera División”. Más allá de eso, creo que nadie ha hablado sobre el tema. En cualquier caso, el vestuario no descarta nada; vamos a pelear por todo. De momento, el objetivo principal es mantenerse.
Extremo, centrocampista ofensivo, lateral… ¿cómo llevas el hecho de no tener una posición fija dentro del terreno de juego?
Tengo que decir que estoy encantado con el míster. Me coloque donde me coloque, me transmite muchísima confianza. Siempre me anima a dar el máximo; me dice que, si me pone, es por algo. La verdad es que me da igual jugar de defensa, de delantero o de carrilero; soy un hombre de fútbol y siempre voy a dar la cara.
¿Qué supone para ti ser el único ceutí de la plantilla del Ceuta?
Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, me da un poco de pena ser el único caballa; por otro, mucha alegría, porque sé lo complicado que es estar en el primer equipo: significa que he hecho las cosas bien. Es algo en lo que pienso mucho. En cualquier caso, me gustaría que hubiese más ceutíes en el vestuario.
¿Qué sentiste cuando recibiste de manos de Juan Vivas la copa de campeón de Primera RFEF?
En aquel momento, me acordé de toda mi trayectoria y de lo mucho que me han ayudado siempre mis padres, mis entrenadores y mis compañeros. Fueron ellos [los compañeros] los que quisieron que yo levantara el trofeo como ‘premio’ por no haber podido jugar las últimas jornadas. Fue lo más.
