Fátima Villar es la cañonera del CD Camoens

Un reportaje de Rafael Peña para la agencia EFE-Ceuta ha desvelado que hace diez años llegaba a la liga española de fútbol sala la primera jugadora de Uruguay: Diane Álvez, que aterrizaba en Galicia. Ahora, una década después, la competición nacional española -concretamente la Segunda División- cuenta con la pareja de internacionales charrúa formada por Maura Scaletti y Fátima Villar.

Las dos jugadoras desembarcaron en nuestro país en el mes de marzo del pasado año tras aceptar el ofrecimiento del CD Camoens de Ceuta, equipo que milita en el grupo III de la segunda categoría del fútbol sala nacional y que lograba el fichaje de las dos jóvenes para intentar mantener la categoría.

Conseguido el objetivo de la permanencia, Fátima Villar y Maura Scaletti cumplen este año su primera temporada completa en España, donde dejan su sello con su personalidad, su carácter y sus goles: 42 lleva Fátima en treinta partidos (de ellos 15 en 11 encuentros en el tramo final de la pasada campaña) y 16 tantos acumula Maura en los mismos enfrentamientos.

Llamada

Maura y Fátima cambiaron los 200 kilómetros cuadrados de su Montevideo natal y los dos millones de habitantes de la capital charrúa por los 19 kilómetros cuadrados de Ceuta y los 84.000 habitantes. El clima subtropical húmedo de su país por el clima mediterráneo, con inviernos suaves y lluviosos, y veranos calurosos y soleados que ofrece la ciudad ceutí.

Maura Scaletti Chirico (Montevideo, 1994) es la más pequeña de tres hermanos y la única chica que comenzó a jugar a los seis años en el club Brandy y que llegó a España procedente del club Malvin, al igual que su compatriota Fátima.

“Me llamaron en marzo y no me lo creí porque yo no estaba buscando ningún club pero Fati sí. Vieron los vídeos y como yo juego con Fati hace más de quince años también se interesaron por mí y aquí estoy”, ha dicho en una entrevista con EFE-Ceuta Maura, que juega como ala-pívot.

Maura Scaletti se siente, como su compañera, muy a gusto en Ceuta

También Fátima Sofía Villar González (Montevideo, 1997), que ejerce como cierre, es la más pequeña de tres hermanos -aunque en su caso son dos hembras y un varón-. “Siempre quise venir a España, un representante subió unos vídeos míos, se interesó el Camoens y aquí estoy muy contenta y agradecida porque era mi sueño desde pequeña”, ha manifestado a EFE.

Lo primero que hicieron las dos fue buscar en Google dónde estaba Ceuta. “Lo miré pero no me lo pensé porque era una oportunidad de venir a la mejor liga en Europa, donde nunca había viajado, lo cual ha supuesto un cambio radical en mi vida. Mi familia lo acogió con mucha felicidad, mi madre es apasionada y está muy feliz porque siempre estuvo conmigo en los partidos”, ha reconocido Maura.

Y Fati ha dicho que “lo busqué en internet, al principio me dio un poco de miedo pero ahora estoy encantada”.

Doce horas de vuelo y 9.593 kilómetros separan Montevideo de España, añadiendo otras dos horas en vehículo hasta Algeciras (Cádiz) y otra hora más del barco que enlaza el puerto andaluz con el ceutí.

“Me adapté bien, desde el primer momento me cuidaron, me sintieron sentir cómoda y en mi casa, tengo todo lo que necesito. Al estar haciendo lo que te gusta se me hizo más ameno”, ha contado Maura, quien lo que más añora es “comer asado y el mate en familia”.

También Fati añora de su país “comer el asado y el olor a leña” (risas), según cuenta la agencia EFE-Ceuta.

Cambio radical

Venir a España ha supuesto un “cambio radical”, sobre todo porque en Uruguay “practicamos el deporte por amor al arte y aquí percibimos un dinero y lo hacemos de forma más profesional”, ha afirmado Maura, ex jugadora del Olimpo, Nacional FS y Malvin.

“Es un reto y se toma con más responsabilidad, todavía me estoy adaptando a la vida de ser cien por cien deportista, es otra vida, debes tener más cuidado con la alimentación y los descansos. Aquí me siento como en mi segunda casa y es hermoso estar aquí”, ha apuntado Maura.

Por su parte, Fati también es la primera vez que juega en Europa después de haber estado un año en Brasil en las filas del ADTB cuando tenía 18 años y el resto en el Nacional, Rampla y Malvin. “Empecé a jugar a fútbol sala con 14 años ya que antes lo hacía en césped. Me parece raro que sólo dos uruguayas estén en España”, ha puntualizado Fati.

Fati considera ante EFE que tienen que hacer “las cosas bien, dar ejemplo y representar bien al país. En Uruguay se entrena dos veces por semana y muy tarde y no se puede comparar con España, de ahí la diferencia porque allí no es profesional”.

Afortunadamente, la cierre charrúa agradece la aparición de las redes sociales “porque extraño mucho a mi familia, sobre todo mi sobrino pequeño, y gracias a las vídeo llamadas estoy en contacto con ellos pero saben que estoy bien y feliz, haciendo lo que más me gusta”.

Futuro

Las dos juegan con la selección de Uruguay, habiendo tenido la oportunidad de haber disputado dos sudamericanos y varias Copa Libertadores.

“Estoy deseando volver a la selección porque vestir la camiseta de tu país es el mayor de los éxitos. En Sudamérica se compite pero en Uruguay hay pocos equipos y el nivel es desigual, falta competencia e infraestructuras, de ahí que estamos muy por debajo en nivel con Europa, aunque Brasil, Argentina y Colombia son potencia en fútbol sala, sobre todo Brasil”, ha radiografiado Maura.

Maura, a la que le gusta pasear y leer, aspira a seguir viviendo del fútbol sala. “Trato de estar bien preparada para continuar en España unos años más porque jugar en este país es un espectáculo. Iré día a día ya que el resto llega solo. El nivel de la Segunda es muy parejo y muy competitivo”.

Por su parte, Fati, a la que le gusta ir a la playa, leer y escuchar música “ya que no puedo vivir sin escucharla”, valora el nivel de la Segunda española “porque todos los partidos son exigentes y hay muy buenas jugadoras” y por su parte trata de aportar “goles porque me gusta atacar”.

Su intención es seguir en España “unos cuantos años” y si es en Primera “sería un sueño cumplido y ser una jugadora importante, tengo que esperar mi momento. Estar aquí es otra vida y vivir de lo que te gusta porque todo es cuestión de acostumbrarse”.