El Ceuta y su entrenador muestran su pesar por el fallecimiento de Rafael Ruiz Gómez

Rafael Ruiz Gómez, un gran aficionado del Ceuta, falleció el lunes por la noche dejando un gran vacío entre todos los que lo conocían. Seguía muy de cerca al equipo caballa y escribía cada semana un artículo de opinión en las redes sociales desgranando lo que le había parecido el partido de turno, pero siempre viendo la botella medio llena.

La AD Ceuta FC quiere expresar sus más sinceras condolencias por el fallecimiento de nuestro gran aficionado Rafael Ruiz Gómez. Desde el club mandamos un fuerte abrazo a su familia y esperamos dedicarle la victoria del próximo sábado. Además, guardaremos un emotivo minuto de silencio en los prolegómenos del encuentro. Descanse en paz

Curiosa y gratificante amistad

José Juan Romero, entrenador del equipo ceutí, ha expresado en su perfil de Twitter que "quiero desde aquí mostrar mi pesar por el fallecimiento de D. Rafael Ruiz Gómez una gran persona y un aficionado de la AD Ceuta FC de los necesarios en cualquier club. Entre ambos quedará una curiosa y gratificante historia. La crítica que construye. Un motivo más para lograrlo. DEP".

Rafael Ruiz fue noticia la pasada temporada cuando el Ceuta visitó la Ciudad Deportiva del Real Betis y se impuso por 0-2. El aficionado caballa remitió una carta al presidente del Consejo de Administración del Real Betis Balompié Ángel Haro, para quejarse del trato recibido en el recinto deportivo bético.

"Antes de acceder, algunos tuvieron que identificarse con el DNI y a los demás nos cachearon detenidamente, nos registraron nuestros bolsos de mano... Yo, he de reconocer, que no estoy acostumbrado a asistir a grandes eventos pero sí que a mis 71 años es la primera vez que soy cacheado en mi vida", relataba.

Rafael Ruiz continuaba señalando que "una vez en el interior, quiero recordarle que solo éramos 10 personas, nos acompañaron a un pequeño trozo de tribuna, acotado previamente con una banda elástica la cual no debíamos ni podíamos traspasar. Todo ello vigilados estrechamente por varios vigilantes de seguridad que no se separaron de nuestras proximidades ni un solo instante. De vez en cuando se personaba el jefe de seguridad, dando observaciones complementarias como no poderse poner de pie...".