Pablo Alfaro junto a Nayim en el Campus que ha organizado esta semana el ex jugador ceutí

Pablo Alfaro entiende que un Campus de fútbol debe servir para educar a los niños a través del deporte e inculcar valores como la constancia o el compañerismo. El ex defensa del Sevilla FC reconoce que fue un central duro porque su posición en el campo lo requiere y no olvida que debutó en el fútbol profesional con 17 años en el Alfonso Murube, en un partido en el que su equipo, el filial del Real Zaragoza, perdió por 2-0 ante la Agrupación Deportiva Ceuta.

Alfaro tiene claro que “el objetivo del Campus no es captar talento para que los padres se crean el día de mañana que por el hecho de estar en uno van a llegar a ser profesionales. El fútbol es una escuela de la vida, nosotros pretendemos inculcar a los niños una serie de valores que te enseña el deporte y que son aplicables en el día a día, más allá de que existan cualidades. Los niños están en una edad de formación y lo importante ahora es que se diviertan”.

El ex jugador maño debutó con 17 años en el Deportivo Aragón en el Alfonso Murube. “Es algo que nunca olvidas, tengo cierta vinculación con Ceuta porque tengo familia aquí, aunque mis raíces sean aragonesas. Recuerdo muchos veranos de niño en Ceuta. Debutó en el fútbol profesional en el Alfonso Murube con el filial del Real Zaragoza contra un equipo en el que jugaban Mané, Basilio, Santi, Burgueña… Perdimos aquel partido por 2-0”.

Pablo Alfaro no niega que fuera un central duro y contundente

De su etapa en el Sevilla FC, señala que “han sido 18 años como profesional, pero es el equipo en el que más tiempo estuve y más me he identificado. El cariño es mutuo, pero a todos los equipos en los que he sido feliz les deseo lo mejor”.

Un central tiene que ser duro

Preguntado por su fama de defensa duro, responde que “yo fui defensa central y lo que no puede pretender es decir que no fui duro. Un central debe tener entre sus virtudes la contundencia, la agresividad, sabes que eres el último… Creo que hubo algo de exageración, pero como ya ha prescrito (sonríe) carece de importancia”.

En su faceta como entrenador dirigió la pasada campaña a la UD Marbella tras sustituir a Jaime Molina, aunque no acabó la temporada. “En el fútbol profesional existe una gran competencia y la criba es importante, pero uno lo tiene asumido. He dirigido al Pontevedra, Recre, Leganés y Marbella y, aunque no pude terminar la temporada en mi último equipo y acabó antes de lo deseado, el trato fue muy bueno y al final se consiguió el objetivo”.

De la situación del fútbol en Ceuta con la desaparición de la Asociación después de disputar cinco fases de ascenso a la Liga Adelante, comenta que "el Ceuta en la historia reciente era un equipo bueno de Segunda B. La Ciudad apostó por el deporte de élite y ha tenido equipos muy importantes. Yo empecé como entrenador en el Pontevedra donde todo el mundo recordaba aquella eliminatoria contra el Ceuta. Hoy en día las necesidades de la ciudad son otras por la crisis económica, pero Ceuta no puede resignarse con estar en Tercera, debe intentar estar más arriba", concluye.