“Es un taller para que la gente sepa aplicar luego estos ejercicios a sus entrenamientos diarios, a trabajar bien, de forma eficiente. Son gimnásticos básicos, con pinos, barras, anillas... y, sobre todo, fomentando mucho la base del movimiento y la correcta técnica del ejercicio para que luego, al añadir intensidad, la gente sepa manejarse bien en esos ejercicios”, explica Carballo.
El deportista madrileño, de 35 años, que llegó a ser campeón de Europa en barras paralelas en 2005, quinto en el Mundial de ese mismo año y que conquistó varias medallas en los Juegos Mediterráneos, dos de ellas de oro, admite que a veces añora la competición. “Se echa de menos, aunque yo he seguido en este mundo haciendo estas jornadas para que la gente aprenda a hacer gimnasia básica. Algún día si me entran ganas de decir: Hoy me haría unos dobles mortales, pero un deportista acaba anclado al deporte que hace; el que no se mete a árbitro se mete entrenador. Queramos o no, seguimos vinculados, nunca nos llegamos a despegar de él”.
Toda la familia de Manuel Carballo está ligada a la gimnasia. Su madre, Mariví Martínez, fue gimnasta, así como su padre, Jesús ''Fillo'' Carballo, quien fue además entrenador de la selección masculina y, durante 34 años, entrenador y seleccionador del equipo español de gimnasia artística femenina. Sus hermanos mayores Jesús y Javier también fueron gimnastas, el primero dos veces campeón del mundo y actual presidente de la Real Federación Española de Gimnasia. Su hermana Marta también fue gimnasta y en la actualidad es entrenadora de gimnasia rítmica. Manuel Carballo cree que la gimnasia deportiva española está en un buen momento pese a la renovación de los últimos años. “Falta un poco que los equipos se acaben de constituir, ha habido muchos cambios en los últimos años, estamos en una pequeña transición, pero hay bastante buena escuela, gente joven con muchas ganas y mucha capacidad, que hará que tanto el equipo masculino como el femenino tengan una buena base para afrontar las competiciones que vienen”.