Álvaro Muñoz, tras conseguir el cinturón negro de judo

La localidad de El Bosque (Cádiz) ha sido testigo este fin de semana de un momento clave en la trayectoria deportiva de Álvaro Muñoz Benito. El joven judoca ceutí ha superado con éxito los exámenes correspondientes para la obtención del cinturón negro primer Dan, un hito que no solo corona años de entrenamiento, sino que marca el inicio de una nueva etapa de responsabilidad y madurez.

Muñoz, alumno de la Federación de Judo de Ceuta y formado desde los tres años en dicha arte marcial, ha brillado en las tres fases del examen: teoría y fundamentos del judo, técnicas de pie y suelo, y la ejecución del kata correspondiente. Según el tribunal examinador, su desempeño ha sido sobresaliente (hasta el punto de recibir una felicitación expresa por parte de los jueces).

A su lado, en calidad de uke —el adversario indispensable para mostrar las técnicas—, ha estado otro judoca ceutí, Raúl Casanova, también cinturón negro. Desde la Federación, han querido reconocer la implicación y el compromiso de Casanova, destacando que, "sin su ayuda, este logro no habría sido posible". También se ha subrayado la colaboración de Luis García Cabana en el proceso de preparación, pieza clave durante los entrenamientos previos.

Con este primer Dan, Muñoz se suma al grupo de deportistas ceutíes que no solo compiten, sino que representan el espíritu del judo: constancia, respeto y superación personal. Este grado no simboliza un punto final, sino, en todo caso, el comienzo de una nueva etapa en la que el judoca asume mayores responsabilidades tanto en el tatami como fuera de él.

El logro de Álvaro llega en un contexto especialmente positivo para el judo ceutí. Hace apenas unas semanas, el Club Ushiro sumó 30 medallas —ocho oros, quince platas y siete bronces— en el I Trofeo Pedro Abiol celebrado en La Línea, confirmando el buen momento que atraviesa la disciplina en la ciudad autónoma y el crecimiento constante de una cantera cada vez más sólida.