La ceremonia de inauguración puso el colofón a la primera jornada de los XVI Juegos Deportivos del Estrecho que la ciudad autónoma de Ceuta organiza por tercera vez igualando a Algeciras que alcanzó esta cifra en el 2012. Los deportistas, la mayoría niños de 11 y 12 años, fueron los grandes protagonistas en el acto que tuvo lugar en el parque urbano Juan Carlos I donde acudió un número considerable de personas para arropar a los deportistas y disfrutar de la puesta de largo de los Juegos. Unas 1.200 personas participan en un evento con diecinueve modalidades deportivas.

Los participantes de las siete ciudades (Algeciras, La Línea, San Roque, Tarifa, Los Barrios, Gibraltar y Ceuta) desfilaron por modalidades deportivas representando distintos valores como la superación, la integración, el trabajo o la dedicación que deben ser inherentes al deporte.

Acto seguido el consejero de Juventud, Deportes, Turismo y Festejos de la ciudad autónoma de Ceuta, Premi Mirchandani, tomó la palabra para recordar que la ilusión y el espíritu participativo son dos pilares que siempre deben estar presentes en los Juegos del Estrecho. Mirchandani, que agradeció a las seis localidades del otro lado del Estrecho su participación en este evento deportivo, le pidió a los niños que "cuando veáis aparecer la llama de estos Juegos en este recinto os pido que la recibáis con alegría y entusiasmo".

El consejero de Deportes aprovechó la ocasión para agradecer el apoyo recibido de los deportistas, jueces, árbitros, entrenadores, voluntarios o de las federaciones deportivas ceutíes, además de todos los integrantes del Instituto Ceutí de Deportes.

La ceremonia de inauguración continuó con una actuación musical, la entrada de la bandera de los Juegos portada por siete niños de las ciudades participantes, su izado y el juramento de dos deportistas (Ana y Jesús) que prometieron participar en los Juegos cumpliendo las reglas y teniendo presente el juego limpio.

El momento más esperado llegó con la entrada en el parque urbano Juan Carlos I de la antorcha y el encendido del pebetero por parte de uno de los jóvenes deportistas en representación de los mil doscientos niños que dan sentido a los Juegos Deportivos del Estrecho.