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El Ceuta, entre los pocos clubes del mundo en lograr tres ascensos en tiempo récord

Jugadores, cuerpo técnico y directivos, festejando el ascenso del Ceuta a Segunda

Jugadores, cuerpo técnico y directivos, festejando el ascenso del Ceuta a Segunda

El Ceuta ha protagonizado una de las gestas recientes más asombrosas del fútbol español: tres ascensos en apenas cinco años, culminando en el retorno a Segunda División tras más de cuatro décadas. La hazaña no solo ha devuelto la ilusión a una ciudad históricamente marginada del fútbol profesional, sino que coloca al club en un grupo selecto de equipos que han logrado encadenar ascensos consecutivos desde categorías inferiores.

Tres ascensos que reescriben la historia

En la temporada 2020‑2021, el Ceuta ascendió de Tercera División a Segunda RFEF, una categoría recién creada tras la reestructuración del fútbol no profesional. En la 2021‑22, el conjunto caballa lo logró de nuevo: subió de Segunda RFEF a Primera Federación. Y, aunque no lo consiguió al año siguiente, sí logró cerrar el círculo en la temporada 2024‑2025, accediendo a la categoría de plata tras una racha de 24 partidos consecutivos sin conocer la derrota.

Contextualizado, el logro adquiere tintes épicos: hablamos de tres ascensos en cinco campañas, desde la antigua cuarta categoría hasta la rebautizada Liga Hypermotion; un trayecto vertiginoso que encuentra pocos precedentes. Algunos, eso sí, son lo suficientemente significativos como para establecer comparaciones directas.

Tamaraceite: el ejemplo insular

La Unión Deportiva Tamaraceite, un club modesto de Las Palmas de Gran Canaria, logró tres ascensos consecutivos entre las temporadas 2015‑16 y 2017‑18. Pasó de Segunda Regional a Primera Regional y luego, a Preferente de Las Palmas, lo que le permitió disputar la promoción a Tercera División, que finalmente consiguió. Fue un caso llamativo por su rapidez, pero limitado a las categorías regionales. A diferencia del Ceuta, el Tamaraceite no llegó al fútbol profesional ni disputó nunca una categoría nacional como la Primera Federación.

Parma: renacer desde las cenizas

Mucho más sonado fue el caso del Parma Calcio 1913. Tras la quiebra del histórico Parma FC, refundado en 2015, el club italiano encadenó tres ascensos consecutivos: Serie D (cuarta categoría), Serie C y Serie B. En la temporada 2018‑19, logró su anhelado ascenso a la Serie A. El proyecto fue ambicioso y estuvo (muy) respaldado económicamente, pero su punto de partida era un escalón superior al del Ceuta. Mientras los italianos partían desde una liga semiprofesional, los ceutíes lo hacían desde una Tercera División entonces considerada la quinta categoría tras la creación de la nueva Primera RFEF.

Hermannstadt: velocidad rumana

En Rumanía, el FC Hermannstadt consiguió entre 2015 y 2018 tres ascensos consecutivos, de la Liga IV (equivalente regional) a la Liga II. Fundado en 2015, el club de Sibiu irrumpió con fuerza en el fútbol rumano, alcanzando incluso la Liga I años más tarde. Como en el caso de Parma, el contexto económico y deportivo era diferente: no existía la barrera de entrada que supone el sistema piramidal español ni una categoría intermedia como la Primera Federación.

Lo que hace única la gesta del Ceuta

Al contrario que el Tamaraceite, el Ceuta sí ha alcanzado el fútbol profesional. A diferencia de Parma o Hermannstadt, lo ha hecho sin una gran inversión inicial, sin respaldo institucional de peso y sin ser un equipo de capital de provincia. Lo suyo ha sido una reconstrucción pausada pero constante, cimentada en la gestión deportiva (con Edu Villegas al frente de la dirección deportiva), el empuje de una plantilla comprometida y el respaldo incondicional de una afición que llena el Alfonso Murube jornada tras jornada.

Además, la dimensión simbólica del logro caballa no es menor: Ceuta llevaba desde 1980 sin contar con un equipo en Segunda División. En medio de un contexto social complejo y con una estructura futbolística históricamente precaria, el ascenso del conjunto ceutí ha supuesto una auténtica reivindicación para todo el deporte local.

Entre la épica y la resistencia

El fútbol está lleno de gestas, pero no todas se construyen desde la marginalidad ni logran romper tantas barreras como la del Ceuta. Lo del club blanco es una historia de perseverancia, de trabajo sostenido y sobre todo, de creer cuando nadie más lo hacía. Comparte hazaña con equipos como Parma o Hermannstadt, pero su mérito es aún mayor si se tiene en cuenta el punto de partida, la estructura del sistema español y la falta de recursos comparativos.

Hoy, Ceuta vuelve a estar en el mapa del fútbol profesional. Y no es fruto del azar: es el resultado de muchos años de constancia, de decisiones acertadas y de una fe que nunca se quebró.

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Comentarios (1)

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  1. El FC Olt Scornicesti rumano, se fundó en el 72, subía categorias como una bala y estuvo 10 años en 1ª división, varios de sus jugadores llegaron a internacionales y algún año jugó competición europea, en 1989 empezó a bajar hasta casi la nada.

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