Ceuta amaneció este 7 de junio cubierta por un manto de niebla tan espeso que ni la piedra del Pineo habría podido encontrarse a sí misma. En la playa de Fuente Caballos, donde debía arrancar la tercera edición de la Travesía a Nado Ribera-Pineo, se agolpaban no solo nadadores con gorro, gafas y neopreno, sino, también ganas, ilusión y ese puntito de nervios propio de quien está a punto de echarse a la mar por una buena causa.
Lamentablemente, el destino, como buen narrador trágico, tenía otros planes. Poco después de las once en punto de la mañana, la visibilidad era tan escasa que ni los socorristas sabían dónde acababa la orilla. La organización, prudente pero esperanzada, decidía aplazar la salida hasta el mediodía, esperando que el sol hiciera su trabajo y despejara el cielo. No fue así.
Capitanía Marítima y Guardia Civil lo dejaban claro: lanzar a más de 140 personas al mar en esas condiciones suponía un riesgo innecesario. La seguridad primó -como debe ser- y, a las doce, se anunció de manera oficial la cancelación. Algunos ya lo intuían; otros aún calentaban en la orilla, dispuestos a lanzarse al agua si les daban permiso. Pero no: esta vez, la niebla ganó por goleada.
Era una jornada pensada para el disfrute y la solidaridad. Dos eran los recorridos previstos: 2.000 y 4.000 metros; ambos, a través de la bahía sur. Para el ICD, la jornada se presentaba como una gran oportunidad para seguir consolidando una prueba que, aunque joven -no hay que olvidar que nació hace apenas tres años-, cuenta con carácter propio, arraigo creciente y ese toque especial que da nadar por algo más que competir.
Porque sí, la Travesía Ribera-Pineo también es Cruz Roja, también es el Sorteo de Oro, también es comunidad. Cada inscripción venía acompañada de un cupón solidario. Hoy no se ha nadado, pero se ha participado. Y eso -aunque suene a consuelo- también cuenta. "Qué pena", repetían sin parar los deportistas inscritos a medida que la niebla devoraba la cala de Fuente Caballo. "Visto lo visto, lo mejor es suspender", apuntaba Nacho Gaitán, veterano nadador donde los haya.
La Asociación de Natación en Aguas Abiertas, junto con el Instituto Ceutí de Deportes, ya trabaja en buscar una nueva fecha. Porque esta historia no ha terminado; solo ha sido aplazada. Como un giro de guion inesperado que no cierra el relato, sino que lo alarga un poco más, dejándonos con las ganas… y con la promesa de que, cuando vuelva, la travesía sabrá aún mejor.