El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, es uno de los empresarios más importantes de este país. No puedo decir que sea el más porque las estadísticas me restregarían por la cara la verdadera condición de tal que se corresponde con el expresidente de Inditex, Amancio Ortega. Pero no es el caso, lo dejo en ‘uno de los más importantes’ porque don Florentino se dedica, entre otras muchas facetas, al fútbol, cosa a la que no se ha atrevido el gallego de Zara porque, da la sensación, es mucho menos osado. Así que hablaré, como he pretendido desde el ‘descuento’

de este artículo, del señor Pérez, Don Florentino. Lo que ahora dejo plasmado aquí, lo vengo sosteniendo desde hace muchos años, tantos como el señor de mi atención preside la cúpula del Madrid, mi equipo de toda mi vida e incluso de la inmediata previda.

Florentino Pérez es un ingeniero de caminos, empresario presidente del grupo ACS. Además, ha sido presidente del equipo de

fútbol Real Madrid desde 2000 hasta 2006. En ese tiempo, el club consiguió 2 Ligas (01 y 03), 2 Supercopas de España (01 y 03), una Intercontinental (02), una Copa de

Europa (02) y una Supercopa de Europa (02). Su mandato es conocido como "la era de los galácticos", ya que reunió a numerosos balones de oro en sus filas (Figo, Beckham, Ronaldo, Owen o Zidane). Consiguió sanear las cifras del club con, entre otras acciones, la venta de la antigua Ciudad Deportiva del club. En sustitución, construyó la nueva ciudad deportiva de Valdebebas.

Tras tres años sin títulos, algo que no ocurrió en el club blanco desde hacía 50 años, Florentino dimite. En mayo de 2009 anuncia su candidatura para

las nuevas elecciones madridistas. Como empresario, tras una prolífica trayectoria en diversas empresas, llega en 1993 a la presidencia de OCP Construcciones SA y de la Sociedad Española de Montajes Industriales de Electricidad Cobra SA. En 1997 pasa a ser Director el grupo Actividades de Construcciones y Servicios (ACS). Obtuvo el Premio al Mejor Empresario por la revista Actualidad Económica. Como político miembro de UCD, fue concejal del Ayuntamiento de Madrid y Director General de Infraestructuras de Transporte del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones. Posteriormente formó parte del Partido Reformista Democrático (PRD), del que llegó a ser secretario general y candidato en las elecciones generales de 1986.

No es mal palmarés, ¿verdad? Unos cuántos títulos en sus dos etapas como presidente del Madrid

pero, y éste es el ‘quid’ de la cuestión, ¿a qué precio?

¿Concibe Florentino al Madrid como una empresa o como un equipo de fútbol? ¿Qué nos importa más a los madridistas, que la cuenta de resultados engorden las cuentas corrientes de este presidente o que el equipo juegue bien y gane títulos?

Ése es el gran asunto que, modestamente, someto a debate. Y si lo hago es porque la proporción, meramente aritmética, juega muy en contra de Florentino.

Florentino dispara con su pólvora pero también con la ajena a sabiendas de que dirige un club/empresa que siempre le dará buenos resultados. Y a él se los da. Gana dinero, le da más lustre que sus empresas de construcción o basura y pretende trascender la historia del madridismo con todas las cartas a su favor. Sin embargo esta aparente ecuación, desde su territorio o punto de vista, es la que falla.

Florentino Pérez acaba de perpetrar todo un auténtico atentado a la inteligencia de este país para continuar en su empeño de trascender la historia. Ha fichado al atractivo Gareth Bale por casi 100 millones de euros a sabiendas de que con él hará ‘caja’. Toda la imagen que venda el galés habrá de ser compartida con el Madrid, o, mejor dicho, con Florentino Pérez. Como ya ocurrió, y sigue ocurriendo, con Ronaldo y, tiempo atrás, con David Beckhan.

Así las cosas, y voy concluyendo, el presidente del Madrid se pasa por el forro de sus finanzas a la masa activa que mantiene el madridismo: la afición.

En definitiva, que a este presidente le da igual firmar un contratazo para la limpieza de un municipio. Construir como ‘el pocero’ no sé cuántasmil viviendas sociales o firmar para el club al jugador más guapo del mundo que más que, a costa de marcar goles o ganar títulos, le reportará mucha pasta a costa de su imagen. Un proyecto nulo, deportivamente, para el Madrid, (gana títulos hasta sin querer por derroche) pero extraordinariamente productivo para el megaempresario Florentino. Un negocio perfecto.