Tras la destitución de Chus Trujillo en la AD Ceuta FC, Nacho Castro ha sido el segundo entrenador en caer en el Grupo I de Primera Federación. El equipo gaditano, que marcha decimocuarto clasificado después de un triunfo, un empate y dos derrotas en las cuatro jornadas que ha disputado, ha elegido a Salva Ballesta, exfutbolista internacional del Málaga y del Atlético de Madrid, como nuevo inquilino de su banquillo.
Ballesta dirigió con anterioridad al Algeciras, al que había clasificado para la fase de ascenso a Segunda División en la temporada 2020-21, cuando perdió en la final por el ascenso frente a la Real Sociedad B. La temporada pasada recaló en el UCAM Murcia en el mes de noviembre y el equipo murciano terminó descendiendo.
Éste sí que ha sido un cese precipitado y traicionero (por parte del presidente del San Fernando). Éste sí, y no el de Freddy Trujillo.
Bueno, hombre, un equipo tan mediocre como el San Fernando, y tras 1 victoria, 1 meritorio empate a domicilio (en casa del Badajoz), y 2 aceptables derrotas (por la mínima, en los 2 campos de 2 gallitos y a punto de empatar)... este cese de Nacho Castro no hay por dónde cogerlo, con Salva Ballesta bien preparado desde días atrás.
Esto sí que es tener a un entrenador sentenciado desde el principio, y no lo de Freddy Trujillo. Por supuesto que tras 3 humillantes derrotas era lógico que ya se hubiese ofrecido el cargo a José Juan (en caso de perder ante el Celta B). Y encima se perdió sufriendo nueva humillación....cómo para no cesarlo!, porque no sólo fueron 4 derrotas seguidas (motivo más que suficiente para el cese con 0 puntos con 2 goles a favor y 8 en contra, nada que ver con los 4 puntos y el gol average -1 del San Fernando)...es que además de la paupérrima imagen, Freddy tenía metido en el vestuario un mal rollo inadmisible.
Así que no se puede comparar un caso con el otro, porque la diferencia es abismal.