Miguel Ángel Ríos, directivo del CN Caballa

El Club Natación Caballa valora muy satisfactoriamente la prórroga extraordinaria de cuarenta años que le ha otorgado el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para que sus instalaciones puedan mantenerse en su actual e histórica ubicación de la playa de La Ribera. “La renovación de la concesión supone, sobre todo, tranquilidad para el club. Para el trabajo que se viene haciendo, tanto a nivel deportivo como social, es muy importante poder dedicarnos a otras tareas y pensar en un futuro a corto o largo plazo y ver qué hacemos ahora con el club”, afirma Miguel Ángel Ríos, uno de los directivos que más empeño ha puesto para que el Caballa siguiera en su emblemática ubicación.

El futuro al que se refiere Ríos pasaría por la modernización de las instalaciones, aunque, según el dirigente, esa decisión es de los socios de la entidad deportiva. “El Caballa se fundó en 1946, pero desde el 60 está en la ubicación actual, que lógicamente tiene unas carencias y la sociedad es la que tiene que decidir hasta dónde queremos llegar con esa renovación, que es necesaria, no urgente, pero sí necesaria. Hay que actualizar maquinaria y otras cosas, que con un plazo de cuarenta años si es factible hacer frente a todos esos costes. Pero el Caballa será lo que la asamblea de socios decida que quiere ser”.

El directivo y entrenador del Caballa destaca la sensibilidad de las administraciones como clave para que el club haya conseguido la prórroga extraordinaria de cuarenta años después de que la anterior concesión de treinta años finalizase en 2011 y se estuviese tramitando la renovación. “Para algo tan importante como una concesión administrativa como ésta ha sido muy importante la participación de la ciudad, que ha sido determinante, y agradecer también la colaboración de la Delegación del Gobierno. Hemos sido un conjunto de personas las que hemos trabajado por esto”.

Ríos cree que si el Caballa hubiera tenido que abandonar sus instalaciones, las consecuencias habrían sido muy negativas. “Si alguien piensa que con lo que tenemos de subvención de la ciudad se pueden mantener once equipos de waterpolo en Andalucía y uno a nivel nacional, es imposible. La sociedad sostiene una parte importante del deporte, igual que el deporte hace que la sociedad esté donde está. En cualquier otra ubicación no anexa a una playa perderíamos gran parte de los socios que soportan buena parte del gasto del club”, concluye.