El V Campus de perfeccionamiento del tiro y el II Taller de tecnificación del bote concluyeron este martes en el pabellón 'Antonio Campoamor'. El entrenador de baloncesto y diplomado en Magisterio de Educación Física, Nacho Gella, ha sido el director técnico de esta actividad en la que jugadores de distintas categorías han realizado ejercicios específicos para mejorar dos habilidades muy importantes en el baloncesto, pero con el componente añadido de la diversión y el disfrute de los alumnos.
El tiro y el bote (manejo del balón) son dos aspectos fundamentales en un deporte como el baloncesto. En el Campus, organizado por el ICD y la Federación de Baloncesto de Ceuta, los jugadores nacidos entre los años 1999 y 2004 (categorías cadete, infantil y minibasket) han entrenado tres días mañana y tarde en el pabellón 'Antonio Campoamor', y este martes sólo en horario matinal en la jornada de clausura en la que ha estado presente Juan Antonio García Ponferrada, director-gerente del ICD.
Mejorar divirtiéndose
La actividad, en la que se inscribieron 36 jugadores, incluía desayuno, camiseta reversible, foto de familia y diploma de asistencia. Nacho Gella, entrenador nacional que hasta la pasada campaña fue técnico-ayudante del CB Peñas de la LEB Oro, ha sido el director técnico del Campus en el que también participaron Borja Molinary, entrenador del UB Ceuta de la Copa Andalucía 'A' senior masculino, Alicia Sánchez, entrenadora del UB Ceuta de la Copa Andalucía 'A' junior femenino o Jorge Molinary, técnico del ICD.
Nacho Gella no sólo tiene experiencia en el básket profesional, el entrenador oscense también ha tenido a sus órdenes a muchos niños, porque cada verano viaja a la República Dominicana donde tiene una ONG (Pequeño Gran Paso) y se encarga de la educación a través del baloncesto de 150 niños.
Tres áreas básicas
Gella entiende que el trabajo de un entrenador de formación debe girar sobre tres áreas básicas, lúdica, psicosocial y deportiva. El entrenador de 37 años explica que "el baloncesto no deja de ser un juego y, como juego, debe tener un componente lúdico muy importante. Es decir, o el jugador o la jugadora 'debe divertirse' o no tiene ningún sentido que haga la actividad. Si no cumplimos en este aspecto acabarán dejando de jugar a corto-medio plazo".
Del componente psicosocial argumenta que "el baloncesto es una perfecta herramienta para educar en valores positivos. Es evidente que el más claro es el de la salud. Debemos transmitir a los jugadores que llevar una vida sana, comiendo equilibradamente y con algo de actividad física, les dará calidad de vida. Yo lo resumo en tres palabras 'aprender a relacionarse'. Debemos acompañarles mientras aprenden a interactuar con sus semejantes y con la sociedad que los rodea. Esta idea de enseñarles a relacionarse incluye, por supuesto, cosas como la puntualidad, el respeto, el valorar el esfuerzo, la constancia, la tolerancia… en definitiva, aprender a vivir".
Y por último, Nacho Gella señala que la parte deportiva "es la menos importante de las tres y, sin embargo, es fundamental para nuestros objetivos. Nuestro enfoque debe ir siempre dirigido a la 'mejora individual'. Si el niño mejora se divierte y siente que la actividad le sirve. Es básico trabajar por la mejora técnica de todos y cada uno de nuestros jugadores. No hay que tener prisa por hacer que nuestro equipo juegue bien, debemos preocuparnos de que nuestros jugadores sean mejores cada día y, de esta forma, el equipo jugará mejor de manera natural, sin forzar".
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