Francisco Antonio González, en su despacho de la Delegación del Gobierno en Ceuta

Atlético hasta la médula. Pero no de ahora, cuando su equipo ha vuelto a saborear las mieles del éxito, sino desde siempre. Especialmente durante su paso por el infierno de la Segunda División, según destaca orgulloso. El delegado del Gobierno en Ceuta es un hincha acérrimo del Atlético de Madrid y cada vez que puede lo deja bien sentado. Es el caso de esta entrevista. En ella, Francisco Antonio González Pérez vuelve a hacerlo porque resultaba imprescindible preguntarle por el estado de forma de su equipo, y antes de entrar en el gran asunto para el que ha sido reclamado por Ceuta Deportiva: la violencia en el fútbol. Sobre todo teniendo en cuenta su gran experiencia en un fenómeno en el que trabajó desde su condición de portavoz de Deportes del grupo Popular en el Congreso, donde fue diputado por Ceuta durante varias legislaturas. Entre sus intervenciones más destacadas figura el conocido como 'debate de las camisetas', digno de recordar con motivo de esta conversación.

Señor González, estamos en un medio de carácter deportivo y de deporte vamos a hablar tanto desde el punto de vista político y administrativo como desde la óptica de aficionado, y, si me permite, de cierta élite de aficionado porque usted fue un asiduo en alguna tertulia de Radio Marca, amén de su función pública. Aunque, no sé si me equivoco si, en estos momentos, afirmo que lo que más orgullo le produce es ser hincha del Atleti de Madrid. ¿O me equivoco?

No. No se equivoca. Pero el orgullo de ser colchonero, no es de ahora, o en estos momentos, es de siempre, pero cuando más orgulloso me sentí de ser colchonero fue cuando el Atlético de Madrid, estuvo en Segunda División y consiguió que su afición se demostrara como la mejor de España. ¿Se imaginan a alguno de los grandes en Segunda? ¿Qué harían esas aficiones?

Esta entrevista coincide con una victoria en Copa del Rey de su equipo ante su eterno rival, el Real Madrid. ¿Estamos ante el gran año del Atleti?

Yo creo que desde la llegada del ‘Cholo’ Simeone, no es que sean los grandes años del Atlético, sino que el Atlético está entre los grandes, no solo de España sino entre los grandes de Europa.
¿Encuentra sentido práctico a la vuelta de 'El Niño' Torres a la ribera del Manzanares?
Bueno yo no me atrevo a ponerme en la piel del entrenador que es quien ha pedido que Torres esté de nuevo en el Atlético, pero haciendo un poco de técnico diré que Torres completa la delantera del equipo, el Atlético necesita un delantero complementario a Mandzukic, con fuerza velocidad y control hasta llegar al área.

Usted fue portavoz de la Comisión de Deportes del grupo Popular en el Congreso. ¿Qué destacaría en su gestión, y no me diga que debemos hacerlo los periodistas, desde un puesto tan 'sordo' para la opinión pública?

Bueno yo disfruté y aprendí mucho. Fuimos muy beligerantes en las posiciones políticas en contra de la violencia y en contra del dopaje. Es más, conseguimos llegar a grandes acuerdos con el Gobierno socialista. Precisamente en las dos leyes más importantes de los últimos tiempos que se debatieron en el Congreso de los Diputados en materia deportiva, se consiguió avanzar en medidas preventivas como coercitivas como nunca se había hecho.

Los grupos conocidos como 'ultras' son, definitivamente, según su criterio, el gran mal del deporte, en general, y del fútbol en particular?

Realmente el concepto ultra solo se da en el fútbol, o por lo menos el concepto de ultra que esté ligado a la violencia. Y sí, ese ultra violento es un gran mal para el fútbol, fundamentalmente es porque ha estado respaldado y financiado por los propios clubes.

¿Por qué ahora el enérgico ‘no’ a la violencia cuando ésta existe desde siempre, por decirlo así?

El ‘no’ enérgico a la violencia siempre ha existido desde las instituciones, en principio y hace tiempo parecía que el propio fútbol a través de los propios órganos de gestión podrían y deberían regular y atajar esas actitudes, obviamente no se llevó a cabo y hubo que tomar medidas para obligar a que se acabara con la violencia en los campos de fútbol, y como no parecía que hubiera mucho interés por parte de los responsables de los clubes, se tomaron medidas enérgicas que podían llevar aparejadas sanciones administrativas, económicas y deportivas.

Sinceramente, delegado, y sin que suene a perogrullo, ¿una pizca de rivalidad 'excesiva' (no me gustaría decir violenta) no da salsa al deporte Rey?

Una cosa es la rivalidad, cánticos, banderas, símbolos deportivos, y otra cosa muy distinta son los insultos, el racismo, la violencia o la utilización de materiales que pueden provocar mucho daño e, incluso, daños irreparables.

Durante su etapa de portavoz de Deportes en el Congreso, ¿se abordó, alguna vez de forma seria, la violencia en el deporte, en general, y en el fútbol en particular?

Ya comenté con anterioridad que sí, y de una forma rotunda y definitiva. De hecho, las medidas que se están tomando hoy, se pueden tomar gracias a las decisiones que tomamos después de muchas discusiones, muchas horas de trabajo en aquél entonces.

Con todo, España no es de los países más violentos, ¿no?

¡No!, en Hispanoamérica hay infinitamente más violencia que en Europa y en Europa, no somos nosotros, precisamente, los que registramos más violencia. En su día, fue Gran Bretaña y en concreto Inglaterra la que engendró mayores casos y fueron abordados con medidas durísimas.

¿No están siendo excesivamente optimistas las autoridades del deporte y del fútbol cuando hablan de erradicar la violencia este mismo año?

Yo creo que no, los instrumentos existen para poder afrontarlo y si existe voluntad por todas las partes, no me cabe ninguna duda que se pude hacer.

¿Si de usted dependiera cambiaría algo de lo acordado para combatir la violencia?

(Risas) En estos momentos mi trabajo, sinceramente, no me deja tiempo para pensar en medidas alternativas o suplementarias a las establecidas, porque además creo que los que están en ello lo están haciendo muy bien, tanto desde la Secretaría de Estado de Deportes, como desde la Secretaría de Estado de Seguridad.

La violencia comienza en categorías muy inferiores, por tanto, ¿considera que la escuela, la familia y los propios clubes deberían afrontar el fenómeno con mayor decisión o, al menos alguna?

En primer lugar, habría que pensar por qué ocurre esto solo en el fútbol, y no en el rugby o en el balonmano, o en la natación etc. Ocurre porque los que están detrás de las categorías infantiles, sean entrenadores o padres, están viendo en esos niños los Cristiano Ronaldo o los Leo Messi del futuro y todo lo que eso conlleva, desde éxitos y fama, a contratos multimillonarios, y se les está exigiendo a los niños, no que compitan para ganar, sino que compitan para llegar a lo que he dicho con anterioridad, y esto no es solo indecente, sino que además atenta contra la educación en valores. Una cosa es el esfuerzo el sacrificio y la competitividad y otra es llevarles por el camino de la agresividad, cuando no se va más lejos.

¿De verdad, considera erradicable la violencia en el deporte y en el fútbol?

Sí. Sin duda. Una cosa es exhalar adrenalina en un campo de fútbol, que puede ser incluso sano y recomendable, y otra cosa es utilizar el fútbol para delinquir. Casi todos los componentes o dirigentes de los ultras son delincuentes con antecedentes penales o policiales, y simplemente se refugian en el anonimato del fútbol para realizar sus fechorías.

Un deseo, y con esto terminamos. ¿Por qué ‘no’ a la violencia en el Deporte?

Porque el deporte es todo menos violencia, yo siempre pongo el ejemplo del rugby, es posiblemente el deporte de equipo más rudo que existe. Si existiera violencia en ese deporte habría muertos, imagínense si esto fuera así, qué no habría alrededor del rugby. Sin embargo, yo no conozco ningún deporte de contacto que sea más noble que este.